La poesía es una forma de levantar la piel del mundo. No es adornar las palabras sino desnudarlas hasta descubrir bajo ellas la espina de pescado de la que hablaba el poeta ruso Osip Mandelstam, quien murió por la poesía, en un campo de prisioneros soviético, luego de dos condenas consecutivas de destierro, habiendo escrito un poema en contra de Stalin (pueden leerlo en este blog: "Vivimos sin sentir bajo nosotros el país"). En sus palabras: "Sólo en Rusia se respeta la poesía: hace que maten a la gente. ¿Hay algún otro lugar donde la poesía sea un motivo tan común de asesinato?". De ahí el nombre y el epígrafe de mi poemario, "Sonata sobre espinas de pescado", el cual expresa mi ars poetica y constituye un homenaje a este poeta: la música y la desnudez de las palabras, la muerte a lo cotidiano y la burocracia, en su caso, una burocracia asesina:
Foto de
O. Mandelstam al momento de su arresto.
Tomada
de los archivos de la NKVD (siglas de
Народный
комиссариат внутренних дел, Narodnyy
Komissariat
Vnutrennikh Del, Comisariato del Pueblo
para Asuntos Internos)
De la máquina es cartílago: arráncale las teclas
y espina de pescado encontrarás(…)
(…)pero la sonatina simple de escribidoras máquinas
de aquellas sonatas poderosas es apenas la sombra.
Osip Mandelstam, poema "1ero de Enero de 1924" -pueden leerlo en este blog-
La poesía debe ser capaz de expresar la belleza de lo terrible y arrancarnos esa piel hasta los huesos. Como escribió el poeta francés Georges Bataille: "Quien no muere del ser sólo un hombre no será más que un hombre". Asimismo quien no muere de la apariencia de las palabras no será atravesado por su espada. Nunca podrá "traducirse" a sí mismo.
Geraldina Mendez