Copia autógrafa forzada obtenida durante el interrogatorio policial |
Por éste epigrama en contra de Stalin, Mandelstam fue primero exiliado y luego recluido en un campo de trabajos forzados, donde murió. Como escribió él mismo, años antes de eso: "Sólo en Rusia se respeta la poesía: hace que maten a la gente. ¿Hay algún otro lugar donde la poesía sea un motivo tan común de asesinato?"
Fotografía tomada por el NKVD en el primer arresto, 1934 |
Vivimos sin sentir bajo nosotros el país,
hablamos y a diez pasos no se nos puede oír,
y donde se da acaso una media conversa
al montañés osetio del Kremlin se recuerda.
Sus dedos se asemejan a gusanos grasientos,
a una carga de pólvora, su discurso violento;
sonríe con su bigote como de cucaracha,
el brillo de sus botas de montar no se empaña.
Una chusma de cuelloflacos jefes le rodea,
a recibir servicios de medias-gentes juega.
Que silbe, que maúlle, que gima quienquïera:
es él quien aquí da manotazos y aporrea;
cual herraduras forja un decreto tras otro:
a uno en la ingle, a otro en la frente, en la
ceja, en el ojo.
Cuando condena a alguien eso le trae contento:
el corazón entonces no le cabe en el pecho .
Noviembre 1933
Original:
Мы живем, под собою не чуя страны,
Наши речи за десять шагов не слышны,
А где хватит на полразговорца,
Там припомнят кремлёвского горца.
Его толстые пальцы, как черви, жирны,
А слова, как пудовые гири, верны,
Тараканьи смеются усища,
И сияют его голенища.
А вокруг него сброд тонкошеих вождей,
Он играет услугами полулюдей.
Кто свистит, кто мяучит, кто хнычет,
Он один лишь бабачит и тычет,
Как подкову, кует за указом указ:
Кому в пах, кому в лоб, кому в бровь, кому в глаз.
Что ни казнь у него - то малина
И широкая грудь осетина.
Ноябрь 1933
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